Pasión por Alice Guy, la primera visionaria Figura completamente esencial en el nacimiento del arte cinematográfico, Alice Guy (1873-1968) representa además un caso paradigmático de la invisibilidad a la cual han sido sometidas las mujeres en las historias canónicas del cine.
Primera cineasta de la historia, dirigió su primer film, La Fée aux Choux, en 1896, a escasas semanas de primera exhibición pública del cinematógrafo de los hermanos Lumière. Considerado como una de las primeras expresiones de cine explícitamente narrativo, el mismo fue producto de la concepción pionera de Alice, una adelantada a su tiempo.
Sin dudas el destino de la artista quedó marcado a
fuego cuando a sus 21 años, el 22 de marzo de 1895, asistió en carácter
de secretaria de Léon Gaumont a la primera demostración de la flamante
invención de los hermanos Lumière, el cinematógrafo. Entusiasta desde
ese minuto cero, fue la primera persona que vio al cine no como una
simple herramienta científica o un divertimento de feria, sino como un
verdadero medio de expresión artística, que no tenía nada que envidiarle
a la literatura o el teatro. Visionaria, convenció a su jefe de
redireccionar la empresa Gaumont, centrada originalmente en la
fotografía fija, a la realización de imágenes en movimiento. Su jefe,
inicialmente no muy convencido del nuevo invento, tuvo sin embargo la
sabiduría de colocar a Alice al frente de ese nuevo proyecto. En tiempos
donde los roles aún no tenían un nombre específico, Alice Guy creó el
concepto y se convirtió en la primera jefa de producción de la historia,
una de las tantas innovaciones que introduciría en la industria.
Las cifras son muy contundentes: Alice Guy dirigió por lo menos 700 películas (hay fuentes que señalan que la cifra supera las 1000) y produjo y escribió otros cientos más. Formó además a toda una generación de realizadores que la sucederían, entre los que se destacó Louis Feuillade, otro de los visionarios pioneres. En 1907, cuando Hollywood aun no existía, emigró a EE.UU. y fundó su propia productora, la Solax Film Co. Comprometida ideológicamente con el rol de las mujeres en el nuevo medio, en 1913 escribió un revelador artículo titulado “Woman's Place in Photoplay Production”, en el que denunció que la expansión del cine como industria comercial estaba llevando a la vulgarización del medio, por lo que era necesario el aporte urgente de las mujeres para revertir tal situación. Años antes, en 1906, había realizado Les résultats du féminisme, un adelantado cortometraje que desde la lúdica e irreverente inversión de roles buscó dejar en evidencia la matriz machista y patriarcal de la sociedad. Verdadera innovadora, introducía la palabra feminismo en el cine, cuando este era aún un concepto muy nuevo en la sociedad.
Debido a la desfortuna de las preservación cinematográfica, solo una parte de la inmensa producción de Alice se encuentra disponible en la actualidad, pero la misma ofrece sorpresas mayúsculas. Por ejemplo, su revelador film Alice Guy tourne une phonoscène (1905) nos permite verla en el set de rodaje, dirigiendo la puesta en escena, en lo que constituye en el primer making-off de la historia del cine. Notoria creadora de conceptos, su filmografía también nos permite evidenciar su profunda sensibilidad estética, nunca desatendida a pesar de lo prolífico de su producción
Ignorada durante más de un siglo por las historias canónicas —el caso más irritante es el de Roman Gubern, que en la edición 2014 de su afamada Historia del Cine le sigue dedicando apenas un (misógino) párrafo, en el que la reduce a "la secretaria de Gaumont"—, solo recientemente la figura de Alice Guy comenzó a tomar resonancia gracias a las valiosas investigaciones de distintas académicas comprometidas en comprender la historia del cine por afuera de las concepciones machistas.
Genia y visionaria, Alice Guy no fue solo la primera cineasta, sino también la primera persona cinéfila de la historia, la primera que comprendió a la emoción como el motor verdadero del medio. Todos los que amamos el cine le debemos mucho y es hora que la posicionemos como la figura esencial que nunca tendría que haber sido puesta en duda, a la par de los Lumière y Georges Méliès.
Publicación: Marzo 2016 por Sebastián Santillán http://
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